diciembre 08, 2014

5 tips para comunicarte con tu adolescente




5 tips para comunicarte con tu adolescente



Hace unas semanas hablamos sobre los adolescentes, sus crisis y por qué esas crisis los hacen crecer y los ayudan a convertirse en adultos funcionales y responsables. Si te perdiste esa publicación, puedes leerla en el blog de Descubre.
 
Muchas veces los papás de mis pacientes adolescentes voltean los ojos para arriba cuando me cuentan sobre la conducta de sus hijos porque es como si de pronto se hubieran convertido en extraños y ya no hablaran el mismo idioma. Las mamás, particularmente, con frustración pero a la vez con una nota de gracia, preguntan: ¿qué no me escucha o qué?
 
Así que esta semana te quiero hablar sobre algunos cambios que puedes hacer en tu discurso y en tu actitud para que tu adolescente te escuchen, ¿te late?
 
1. Evita engancharte con sus formas
En el momento en el que tu hijo levanta la voz, cambia el tono, hace muecas o te pone los ojos en blanco… te conviertes en Hulk… o Hulka, según sea el caso.
Cuando hablas con tu adolescente tienes que tener muy claro: 1. que le quieres comunicar algo, 2. que probablemente ese algo no le va a gustar y 3. que sus reacciones de disgusto son MUY evidentes, y no tienes que estar “cazando” sus arranques. No se trata de permitir faltas de respeto pero tampoco se trata de corregírselas TODO el tiempo. ¿Cuántas veces te ha pasado que quieres decirle algo y por regañarlo por contestar feo, ya no le dices lo que realmente te trajo a él?.
Recuerda esto: sus reacciones, su poco tacto y su “impertinencia” son un escudo para ti y para lo que le vayas a decir. El escudo se brinca cuando no te enganchas con las formas y te concentras en el fondo.
 
2. Piensa como él
Esto aplica para todos los seres humanos, pero en especial para los adolescentes. Están en un momento de su vida en el que deben explicarse el mundo bajo la lupa de su ya muy cercana adultez, por eso cuestionarán todo lo que les digas. Y la solución no es repetirle lo mismo 5 veces, no está sordo (como decía la mamá del principio de este artículo), simplemente no resuena en él lo que dices.
La solución es utilizar argumentos racionales, esos que no están cargados de prejuicios o de lugares comunes como “porque soy tu padre” “porque tengo más experiencia”, “porque las canas no son gratis mijito”… con todo el cariño te lo digo: son frases que no dicen nada, solamente reafirman tu sabiduría de vida, algo que a ellos los tiene sin cuidado.
Utiliza argumentos lógicos y que sean significativos para él. “Si sales de prepa con buen promedio, es muy probable que te contraten en el trabajo que quieras estar.” Puede que tenga una manera retorcida de rebatirte algo, pero el argumento es muy racional y tú tienes un punto, él lo sabe y al final, terminará cediendo a la lógica que encierra. En cambio “Estudia para ser alguien en la vida” tiene todas las predicciones de entrar y salir sin mover nada en él.
 
3. Haz tratos
Se trata de identificar situaciones, permisos o favores con los que podrías generar un mayor compromiso de parte de tu adolescente. La idea es aprovechar oportunidades para brindarle situaciones que le permitan dar valor y honrar a su palabra.
La próxima vez que te pida un permiso "escabroso", pondera los riesgos y si no existe ninguno, déjalo. Dale un voto de confianza y hazle saber que se lo estás dando, e inmediatamente después pon una condición que él tiene que cumplir: "Puedes ir pero no puedes llegar después de la 1 (o la hora que te parezca correcta, de acuerdo a su edad)".
Fíjate qué fuerte suena… un voto compromete mucho a quien lo recibe. No se trata de la hora de llegada, se trata de ver cómo reacciona a un compromiso contigo y de darse cuenta que su palabra vale y debe honrarla con acciones.
 
4. Dale pinceladas claras de tu criterio
Pinceladas. No le avientes el bote de pintura, por favor te lo pido.
Muchos papás se agobian porque ven tantas historias en la tele o conocen a tantos “primos de un amigo”, que les da pavor que a sus hijos les pasen esas cosas con el sexo, las drogas, las bandas, y una larga lista de etcéteras…
Y a mayor agobio, mayor es el tiempo que pasarán advirtiendo a su hijo sobre todos los peligros que encierra el mundo. Es parte de la adolescencia creer que a ti no te va a pasar nada, y ese pensamiento mágico no se quita con sermones largos llenos de miedos.
Lo que debes hacer es preguntarle su opinión sobre cierto tema que a ti te preocupe. Escucha con interés su respuesta. ¿Está de acuerdo o no? ¿Le parece peligroso? ¿Alguna vez se ha encontrado en una situación incómoda respecto a ese tema? Una vez escuchada su postura, es momento de decirle la tuya: por favor asegúrate de que sea clara, breve, racional y que no suene a regaño. Los adolescentes se cierran a la autoridad, ya lo dijimos en otro boletín, así que no se lo pongas más fácil sonando como un reprochador.
Comunicarle tu opinión, tu criterio y tus creencias son las que pueden hacer que tome o no una decisión equivocada en el futuro. No desperdicies ese oro molido escondiéndolo en una envoltura desgastada. Le estás ayudando a formar su criterio, hazlo con sutileza pero con suficiente claridad.
 
5. Sé positivo en tus afirmaciones
Imagínate estar construyendo, con mucho esfuerzo, una torre de arcilla, (aún sabiendo que las manualidades no se te dan), y que alguien venga a darte su opinión de lo mal que te está quedando, y de cómo no se parece nada al original.
A nadie le gusta sentirse criticado. Y los adolescentes se están construyendo a sí mismos, por lo tanto, todo lo que tengas que opinar sobre su manera de ser, de hablar, o los amigos que tienen, resonará más si lo haces de la manera más positiva y actual posible. ¿A qué me refiero con actual? Deja de pensar en el futuro como si ya lo estuvieras viviendo hoy. Uno de los mayores riesgos de los papás es pensar que la manera de comportarse de sus hijos será la misma hoy que dentro de 5 años… y no es así. Todos tenemos la oportunidad de modificar nuestra propia realidad, cambiar de amigos, de pelo, o de la opinión que tenemos sobre ese arete que nos pusimos. Las personas cambian, y tus hijos también. No los juzgues con rudeza, y busca lo positivo que tiene que se vista como se viste, o se haya cortado el pelo de esa manera tan simpática: se está conociendo y construyéndose. No te concentres en lo que no hace bien o no apruebas, no levantes un muro que bloquee la comunicación.
 
¿Tienes un adolescente que últimamente no entiendes tanto y te gustaría tener una mejor relación con él o ella? Escríbeme para contarme tu situación y tus principales inquietudes.

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