diciembre 08, 2014

¿Broma o Bullying?




¿Broma o Bullying?


Una de las realidades que tenemos como país y como cultura es que podemos llegar a ser muy agresivos, si no es con golpes, si con sarcasmos o con actitudes de desprecio hacia otros, nada más hay que prender la televisión para ver muchos ejemplos sobre esto.

¿Qué pasa cuando nuestros niños están expuestos a este medio en el que debes defenderte o si no “te comen? ¿Dónde la autoridad de las autoridades (valga la redundancia) está en un nivel de subsuelo? Esta sociedad tiene más confianza en los horóscopos que en los policías.

Y eso hemos enseñado a nuestros niños y adolescentes:
  • Agresión: Que el que “la regresa” es el que será respetado, (pero no les hemos dicho qué implica una falta mayor que necesite “regresársela” al agresor)
  • Desprecio: Que los maestros, directores, policías, o cualquier autoridad son incompetentes y que ellos (los adolescentes) están bien (aunque no sepamos las circunstancias, tienen nuestro apoyo “incondicional”)
  • Impulsividad: Que si pasa algo que no te parece, no sólo tienes permitido sino que DEBES reaccionar, hablar, decir lo que no te gusta, (no necesariamente con conocimiento de causa y de buena manera, con que el mundo se entere de tu incomodidad, basta).
  • Individualismo: Que si no te gusta algo, no tienes que hacerlo, no importa quien te lo pida o qué tan útil pueda ser en el futuro para ti (como si así fuera la vida: hacer lo que nos gusta).
En resumen: les hemos enseñado a ser egocéntricos, a no pensar en lo que dicen o hacen y a veces tolerado sus agresiones por el bien de su “expresión personal” (no les vayamos a “dañar el autoestima”). Y lo estamos haciendo mal. Tenemos que aceptarlo. Permitir faltas de respeto, permitir que un niño o un adolescente diga lo que hay que hacer… es un caldo de cultivo más que fértil para desarrollar “bullies”

¿Qué es un bully?

Un bully es el término que se utiliza para designar a un niño, adolescente o adulto (tristemente) que presenta conductas agresivas hacia otra persona, sin motivo aparente, simplemente por imponer quién manda a quién.

Situaciones de bullying se pueden alargar por semanas, meses o años, por dos motivos:
  1. Los niños agredidos no piden ayuda porque eso reafirmaría que son “incapaces” para resolver las cosas solos o que “no aguantan nada. Saben que si “acusan” a un par serán tachados de débiles, maricas, o palabras que solemos decir… todas despectivas y esas sí que dañan el autoestima de quien las recibe.
  2. No hacemos nada. O porque las autoridades piensan que se les pasará pronto “porque son niños” o los bullies desarrollan conductas socialmente aceptadas para que no se les tenga bajo la mira.
Al final, el que la paga, siempre es el más débil.

Por favor, no desacredites el bullying

Sabes, por mis publicaciones, que no me gusta ser amarillista, es más, lo evito a toda costa pero tampoco me gusta vivir en el país de la fantasía. El bullying existe, no es un invento de los psicólogos para sacar más dinero o para inventar cosas exageradas sobre cómo se relacionan los niños.

A pesar de que existe, y cada vez alcanza dimensiones tan graves como el suicidio, hay adultos que siguen negándolo con frases como: “a mi me molestaban en la escuela y no me pasó nada”, “los niños tienen que aprender a defenderse de los cabrones desde chiquitos” o “yo no voy a educar maricones” ¿Te das cuenta como desde nosotros viene ese poner etiquetas? Eso lo aprende el bully y el acosado calla porque no quiere hacerse acreedor a ninguna de ellas.

Los errores que frecuentemente cometemos en este y otros temas que nos asustan son:
  • Minimizar: decir que los zapes, los apodos hirientes, la exclusión o la intimidación no son bullying es como decir que hacer bromas, propuestas o simplemente alusiones sexuales a alguien en el trabajo no es acoso sexual. Por algo se empieza y si dejamos pasar lo pequeño… atengámonos a las consecuencias.
  • Justificar: nos encanta decir: “era broma” como si, al decir esto, la persona a la que ofendiste debiera reírse de sí misma, como una broma de mal gusto. ¿Te imaginas? Ahora esperan que te rías de que te hagan sentir mal, y además sentirte “tonta” por no entender el chiste.
Diferencias entre travesura y bullying

Trixia Valle, especialista en Bullying, dice que la regla de oro para distinguir bullying de simples “bromas” es: “si la persona a quien le hiciste la broma no se está riendo, ya no es broma”. La intención y las consecuencias que traen consigo las acciones de otra persona marcan la gravedad de la falta.

Y me parece muy sensato porque si no, caemos en el subjetivismo: si a mi me parece chistoso y a ti no, te diré que “qué amargada”, pero cuando la broma o el comentario te afecto directamente, te hizo sentir mal, te humilló de alguna manera, ¡la afectada fuiste tú!. Yo no puedo ponerme como la juez que decida si estuvo bien o mal. La persona afectada es quien importa.

Sabes que un evento ya se salió de control cuando pone en riesgo tu salud, tu vida o tu integridad.
El problema es que a veces no nos anticipamos a preverlo. Hay cosas que no percibes como algo potencialmente peligroso y permites que sigan pasando.

En los siguientes boletines te iré contando un poco mas sobre esta crisis de autoridad y de respeto que vivimos, y como siempre, cómo ayudar a minimizarla con los que tenemos cerca.



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