Mucho se ha hablado de la importancia de la autoestima, y sobre todo, los autores más precavidos, de lo que nunca debes hacer o decir a tu hijo porque le pegas muy fuerte en la autoestima. Esto es lo que pienso: a veces, los papás tienen mucho miedo de “lastimar” o “traumar” a sus hijos y muy pocas alternativas para no hacerlo.
Primero tienes que entender de qué estamos hablando para poder actuar en consecuencia.
La autoestima (auto - propio, estimare - valorar, apreciar) es la medida en la que nos valoramos a nosotros mismos. Así que, aquí va una bomba de pensamiento: tú no puedes dañar directamente la autoestima de tu hijo, porque no puedes manipular la medida de cuanto se quiere.
Lo que sí puedes y comúnmente hacemos no sólo tus hijos sino con otras personas, es alterar la percepción que tienen sobre sí mismos. Así que el boletín de hoy es una petición para que cuides lo que dices a otros sobre sí mismos, sobre sus acciones o su forma de ser porque si no pasa por el filtro de ser algo real, bueno y verdadero, puedes alterar y manipular la manera en la que otros se ven a sí mismos, sobre todo cuando son personas que te conocen y te quieren, creerán lo que les dices por la autoridad que te han dado y el cariño que sienten por ti. ¿Sabes quién cubre estos dos elementos? ¿Amor y autoridad? Tus hijos. Por eso es muy importante que cuides lo que les dices y cómo se los dices.
8 tips para formarles una imagen adecuada de sí mismos
- Haz énfasis en lo que hacen bien, en sus fortalezas y grandes cualidades
- Evita repetirle lo que no hace bien, si se lo dices una vez, y le das una opción para solucionarlo, será suficiente. Pero no lo dejes pensar que “lo hace mal”
- Enséñale a hablar bien de sí mismo y reconocer que es bueno en ciertas cosas.
- Enséñale a ser realista en su autopercepción y a reconocer que puede mejorar en otras cosas y que es un reto superar esos temas.
- Dale las palabras para que él mismo describa cómo es. Aún como adulto, se va a describir con las palabras que le enseñes tú, enséñale un repertorio rico de palabras positivas y “subidoras” de autoestima.
- Evita totalizar: cuida que cuando le digas algo, sobre todo para corregirlo, no uses “siempre” o “nunca”, porque es falso y porque le empieza a crear la idea de que, si lo hace siempre o no lo hace nunca, ya no puede cambiarlo.
- Recuérdale que no debe darle importancia a cómo lo vean los demás sino que debe concentrarse en cómo se ve él mismo y cómo va a superarse a sí mismo
- No lo compares ni dejes que se compare. No tiene que ser “el mejor de todos” o “mejor que Juan”, puede ser buenísimo en futbol o muy bueno para los números pero no tiene que ganarse un lugar como el mejor porque cuando no lo tenga, su frustración crecerá.
Mi recomendación para esta semana sería que elijas uno o dos de estos tips e intentes aplicarlos a tu manera de educar. Si te atoras en el proceso o no sabes cómo implementarlo exitosamente, aquí estoy para ti.
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