diciembre 08, 2014

Desmitificando al neurólogo


¿Cuándo visitar a un neurólogo?


¿Te acuerdas cuando se pensaba que ir al psicólogo era sinónimo de estar loco? La gente escondía el hecho de tener un terapeuta que le ayudara a resolver sus problemas porque no quería que los demás pensaran que estaba “muy mal”. Bueno, pues los psicólogos ya no están tan mal vistos en nuestra sociedad, ahora han sido destronados por los psiquiatra y neurólogos.

Culturalmente hablando, México es un país al que no le gusta pedir ayuda, con lo que tenemos “hay que hacerla” pero eso nos deja muchas veces en callejones sin salida porque no tenemos las herramientas suficientes para resolverlo todo.  Por eso en esta ocasión quiero escribir sobre los neurólogos, para que entiendas muy bien qué hacen y qué no.
Cuando le digo a algún papá que su hij@ debe ir a una revisión neurológica, siempre obtengo la misma respuesta: ojos muy abiertos, pecho hacia atrás… y a veces cruce de brazos. El cuerpo entero del papá o la mamá que tengo enfrente rechaza mi propuesta! Y mucho es porque no entiende a qué lo estoy invitando.
Esta tarjeta te lo explicará de manera resumida:






Déjame contarte cómo es una consulta neurológica:




Piensa en una consulta a un médico general (no olvides que, a fin de cuentas, un neurólogo es un médico, especialista en el sistema nervioso, pero médico): cuestionario de padecimientos, chequeo físico, receta y una despedida de “si no mejoras con esto me llamas”.
Con el neurólogo es exactamente igual:
1. Al llegar te hará una serie de preguntas para identificar patrones de dolor o conducta, desde cuando lo tienes, si tu familia lo tuvo, cómo te afecta en la vida diaria.



2. Después ”te revisa”: fuerza, movimiento, caminata, reflejos, sensibilidad, equilibrio y lo que haga falta para el problema específico que acudiste a él.



3. Viene la parte de la receta: si logró identificar tu padecimiento sólo con observarte, te recetará alguna medicina que te ayude a lidiar con él, pero si no, igual que con el médico general, te mandará estudios. Es muy común que un neurólogo, después de revisarte, te pida que te hagas un electroencefalograma, tomografía, resonancia magnética u otro tipo de estudio para confirmar o descubrir la causa de sus trastornos.



4. Tratamiento: Al final, cuando ya tienen todos los elementos sobre la mesa para decir si padeces o no algún trastorno o síndrome, viene la parte correctiva: te manda medicamentos o algún tratamiento para resolver el conflicto y en algunos casos, para disminuir el impacto en tu vida cotidiana.
Como ves, es igual que cualquier médico. No pienses lo peor, y si un especialista te pide que visites o que tu hij@ visite un neurólogo, no lo hagas esperar, es mejor saber qué pasa para poder solucionarlo a dejar que el miedo nos quite tiempo valioso que pudimos aprovechar solucionando el tema, en vez de huirle.







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