Ser quien eres: otra cara de la autoimagen
Hace un par de meses hablamos sobre la importancia de que alimentes positivamente la autoimagen de tu hijo, y esta entrega hablaremos de otro aspecto muy importante para su consolidación: los otros.
¿Qué pasa cuando tú ya hiciste tu parte? ¿Ya le diste todas las fichas que necesita para jugar el juego de la vida? Obviamente, la respuesta es no.
Porque donde acaba tu casa, empiezan las ideas de “los otros”. Y los otros se llaman amigos, se llaman primos y familia extensa, y sobre todo se llaman medios de comunicación. ¿Qué imagen forman “los otros” en tus hijos? ¿A qué modelos aspiran los adolescentes de hoy? ¿A quién se quieren parecer? Y sobre todo ¿qué están dispuestos a hacer para alcanzar esos modelos a seguir?
Cada vez es más común encontrar adolescentes que aspiran a modelos de vida negativos, que les demandan poco esfuerzo para lograr grandes avances, o que les venden ideas huecas como “ideales” que vale la pena alcanzar. ¿Qué puedes hacer tú para contrarrestar el efecto de todos estos “ídolos”?
- Permanece pendiente de lo que escucha, ve, habla
- Alimenta la relación y con ella, la confianza
- Conoce a sus amigos y sus gustos
- Haz evidentes tus gustos, tus aficiones, tus aspiraciones.
La adolescencia es una etapa muy vulnerable, porque todavía no sabes quien eres. Sabes lo que fuiste y que ya te queda chico, pero no sabes todas las posibilidades que tiene tu personalidad. Eso hace que los adolescentes, sobre todo los adolescentes iniciales (entre 11-14 años) sean un lienzo semi-blanco en el que cualquiera puede escribir si lo hace con suficiente astucia, con elementos llamativos, con falacias que suenen a verdad.
Tu trabajo es darle soporte a ese lienzo y mandarle el mensaje que en su vida solamente pueden pintar aquellos que él invite a su vida, ninguna ideología, ninguna persona, y ningún grupo que él no quiera. Si logras sembrar en su corazón esa fuerza del poder de elegir y de pensar por sí mismo, lo habrás ayudado a cruzar del otro lado del río en temas de drogas, alcohol, desordenes alimenticios y conductas autodestructivas en general… solamente pidiéndole que se comporte a la altura de la mejor versión que tú ves de él.
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